lunes, 27 de abril de 2015

REFLEXIÓN ACERCA DE LA OBRA: LA ODISEA


Esta claro, que la cultura occidental que tenemos nosotros hoy en día, no es igual a la cultura que Homero nos transmite, pero aún así las inquietudes y deseos siguen siendo los mismos. Inquietudes como preguntarnos el porque de la existencia de los dioses es tan fundamental en la vida de todas las personas, esto es algo difícil de concebir. Sin embargo, nos hacemos la idea de que no son simples recursos literarios del autor, sino por el contrario, una nueva forma de concebir la realidad presentada en la obra. Con base a esto podemos decir que el modo existencial divino es presentado no solo en el escrito sino también en la mente del lector ya que transforma nuestra imaginación de una manera extraordinaria haciéndonos reflexionar un poco mas en lo que respecta a la historia y los que participan en ella, principalmente en los dioses que influyen en la vida de las personas evadiendo sus miedos y comprobando si los hombres son virtuosos o no lo son.

Por otra parte, vemos que la cultura griega estaba fuertemente arraigada a la mar, y no es de extrañar, que tales fenómenos naturales fueran personificados y divinizados. Así pues, tenemos que los dioses después de crear el mundo siguen trabajando cada uno en lo que les corresponde. Todo lo sobre natural que aparece en la obra, bien podrían ser símbolos de situaciones, sentimientos, o individuos, que aparecen en nuestras vidas, en este caso en la vida de los griegos hace que la obra cobre importancia y esplendor. Así, con toda naturalidad decimos que la Odisea por poseer un estilo propio, digno de ser imitado se ha convertido en una de las mas leídas universalmente. Es una historia en la que se reflejan todos los deseos y angustias de hombres y mujeres de la época, todo lo bueno y todo lo malo donde es el hombre, el propio hombre, quien decide su proceder, quien es responsable de si mismo y de su destino.

Homero usa la aventura como la máxima de los deseos humanos, el ansia de libertad, y sobre todo del seguir el camino hacia lo desconocido, cueste lo que cueste, enseñando que lo más importante es no perder el norte, no desviarse de los propósitos y no permitir que la esperanza de llegar a donde quieres se desvanezca y así, continuando con nuestro parecer es encantador la interpretación simbólica que el autor asume con cierto dejo de formalidad y belleza, provocando un riesgo que se ve ampliamente recompensado cuando los hilos conductores que nos habían guiado a través de la Odisea se encuentran finalmente para ofrecernos una primera caracterización del hombre occidental.
Así, también caemos en cuenta que no hay que ser directamente un Dios, porque nos basta con ser humanos para darnos cuenta que también somos capaces de lograr grandes hazañas, que la fuerza no siempre es la que predomina, que la razón, la inteligencia y la astucia, son valores que si son bien utilizados pueden derrocar a cualquiera, porque con estos se puede vencer, que en el camino nos encontraremos miles y miles de problemas, cosas que nos empujaran a rendirnos, pero que también nos harán madurar y crecer, tanto física como espiritualmente.


Esta obra nos enseña de una u otra manera que a pesar de las tormentas y de los problemas, siempre habrá algo o alguien que nos anime a seguir luchando por conseguir nuestras metas y nuestros ideales, es por eso que debemos hacernos los de oídos sordos hacia aquellos que solo buscan desviar nuestro camino y aceptar que que en ese camino perderemos a muchos, y tal vez por eso queramos parar, pero hay que tener en cuenta que la vida es así, necesitamos perder a personas que no deben estar en nuestra vida, para así dejar ese espacio para aquel que si lo merezca, aquel que sea quien nos impulse a caminar, mas no aquel que nos detenga.


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